La vida sigue.
La vida sigue-Dicen-.
pero no siempre es verdad
A veces solo pasan los días.





Si no es amor ...
¿ Que son estos desvelos ? 
Él: ¿Qué pasa?, si lo intentaremos nuevamente, no cometeré errores como los que te dañaron, seremos felices, tendremos una vida eterna de amor, no tengas miedo, sonreiremos de nuevo, eres por siempre el amor de mi vida.
ELLA: Pero cómo quito de mi ser la sensación del daño que has causado, viene de repente golpeando mi pecho, sacando las lágrimas que estaban estancadas, pero, aunque sonrío porque te tengo nuevamente, por dentro sigue mi incertidumbre y tristeza porque siento ese bendito dolor.

Él: Discúlpame si te dañé, a veces siento que no merezco tu amor, necesito remediar eso, me duele el dolor que te hice sentir, te adoro con la vida.

ELLA: ¿Sabes? Sé el final de esta historia, para qué ir más allá, arriesgaré mi corazón como nunca antes lo había hecho, pues te amo, lo dije y lo siento, seré la culpable y viviré por siempre con el corazón destrozado, porque sé que así va a quedar después de esto, le pido perdón a mi corazón por guiarlo al abismo y dártelo para que tu juegues con él, soy la persona que no sabe cuánto es su amor hacía ti, que no le importa arrancarse el corazón y entregártelo en tus manos , aunque mis lágrimas estén presentes al mirar hacia la luna.

Él: ¡Perdóname, por favor!

Ella: No te preocupes, la que te ama con la vida soy yo.






Me divago que vas a volver
Hubo un tiempo en el que nos amamos sin complicaciones,
 con comas y acentos, nos conjugábamos perfectamente,
 nos queríamos en todos los modos del verbo, sin puntos,
 sin abreviaturas y sentíamos ser todo lo que se puede ser.
 Hubo un tiempo en que eramos realmente nosotros,
 ahora somos otros



Algunas lagrimas pesan como océanos. 


Dijiste que podía contar contigo, 
que todo lo hacías por mí. 
No dijiste que en realidad lo hacías por ti mismo, 
para sentirte bueno y bondadoso, 
y excelente en tu labor.

Dijiste que debía seguir mi corazón, 

sin importar lo que la sociedad comentara.
 No dijiste que tú no te considerabas
 parte de la sociedad.

Dijiste que podía hacer mis sueños realidad.

 Pero no dijiste que solo querías que hiciera 
realidad lo que tú deseabas para mí.


Tengo una gran ternura y un gran deseo de ti. 
Es inútil buscarte, inútil esperarte, no estás, no llegas.
 Tengo que escribirte estas cosas cuando quisiera no escribirte
 ni decirte nada, sino abrazarte y 
besarte en silencio, y mirarte, y sentirte a mi lado
 y estar juntos no más, así, todo el tiempo.